Profecía vs. Brujería: Descifrar la maraña Mágica
Así que tienes una curiosidad por lo misterioso, ¿eh? Bueno, arregla, porque nos estamos sumergiendo apresuradamente directamente en un remolino místico donde las líneas se difuminan, las sombras se estiran y la realidad baila contemporáneo de nuestro alcance. Estamos hablando adivinación y brujería: 2 palabras usualmente arrojadas por todos lados como confeti en una magic a investigadores planetarios, ensamblando las pistas dejadas por el mundo. Piense en como los intérpretes del universo, traduciendo los refinados murmullos del destino en algo que nosotros, simples mortales podemos reconocer.
No se trata de| se refiere a| sobre el poder; tiene que ver con la suposición. Es el arte de ver lo que no se ve, lo que está oculto, lo que no se detecta, de reconocer los patrones que se tejen con el tiempo y el área. Las estrellas, las cartas, los huesos... todos tienen una relato que informar, ¿y los adivinos? Son los escritores.
Hechicería: el arte de doblegar la realidad a tu voluntad
Actualmente, hablemos de hechicería. Mientras que la profecía es el acto pasivo de ver, la hechicería es el arte activo y ocasionalmente hostil de hacer. Cuando escuchas las palabras "brujería", tu mente posiblemente convoca imágenes de números vestidos con túnicas murmurando conjuros, palos chasqueando con energía misterioso, o calderos burbujeando con quién sabe qué. Y honestamente, tú no estarías demasiado lejos.
La brujería todo acerca de ejercer influencia, doblar el entorno a la voluntad de uno ciertamente a través de hechizos, bellezas y rituales. Se trata de hacer que cosas ocurran, {se trata de tomar el control y manipular las fuerzas que se arremolinan a nuestro alrededor. Ya sea lanzar un maleficio, movilizar un espíritu o preparar una remedio que hará que alguien se enamore perdidamente se enamore perdidamente, la brujería está llena de acción con un inversión 'A.'.
Pero seamos reales: no todo es balbuceo a la luz de la luna y {siniestra| siniestra| amenaza|tramas aterradoras. La brujería puede ser tan benigna como un hechizo para buena suerte o tan oscura como una maldición que permanece en las sombras. Tiene un un rango, un arco iris de intenciones, varía desde el blanco hasta el negro, con todos los grises intermedios. ¿El hilo usual? La brujería trata el poder: tiene que ver con {aprovecharlo| utilizarlo| usarlo, manejarlo y, para mucho mejor o read more peor, alterar el curso de la realidad.
Donde las líneas se difuminan y las sombras se fusionan.
Aquí mismo, cómo el adivino podría conseguir una palo, o el hechicero puede comenzar a examinar las manos.
Sin embargo en su núcleo, estas prácticas brotan de diferentes pozos. La adivinación tiene que ver con reconocer; la brujería se trata de controlar. Uno es el mapa; el otro es el automóvil. Y si bien pueden funcionar juntos, dando a un hechicero el lado de la previsión o un adivino el poder de cambiar sus visiones, permanecen esencialmente caminos diferentes.
El meollo del asunto.
Entonces, ¿cuál es la moraleja aquí? Bueno, es esto: si bien la profecía y la brujería nadan en las mismas sucias aguas de lo sobrenatural, están nadando con diferentes estilos. La adivinación busca revelar, entender, unir los puntos que el universo ha dispersado. La brujería, por otro lado, busca producir, influir, doblar esos puntos en nuevas formas.
Al final, ya sea que estés mirando dentro de una bola de cristal o cantando bajo la luz de la luna llena, la magia está en la intención. ¿Estás buscando ver el futuro, o estás intentando darle forma? ¿Eres el espectador o el hacedor? Esa es la verdadera pregunta mágica, ¿no es así? La selección entre la profecía y la hechicería es la elección opción entre entender el mundo y cambiarlo. Lo cual, mi amigo, es una elección que apenas puedes hacer.